...que los caminos se bifurquen en escritura que se bifurca en escritura que se bifurca en escritura que se bifurca... Que el pensamiento se haga red y la red, encuentro...

jueves, 30 de junio de 2011

Claroscuro (María Eugenia Arana*)

Persona de Ingmar Bergman
Esta cosa oscura que reconozco mía
William Shakespeare

En nuestro afán de despojarnos de nuestra ambigüedad moral, tendemos a inventar la ilusión de que somos transparentes, aún siendo conscientes de que esa aparente transparencia está al servicio de ocultar esos aspectos que no queremos ver. Pero, ¿qué pasaría si diéramos un vuelco y nuestra realidad se escapara de los escasos límites con que la tenemos sujeta?
Quizá podríamos preguntarle a Dr. Jekyll, "hombre inteligente y bondadoso", quien sucumbió al hechizo de su sombra, Mr Hyde, quien "no parecía un ser humano, sino un monstruo".
Mr. Hyde, la cuerda floja que desequilibra el cuadrilátero, perfectamente conocido, por el que Dr Jekyll se desplaza, tan seguro y confiado.
Gozar, a través de una pócima, de los placeres y ventajas de ser Jekyll y Hyde al mismo tiempo, sin tener que padecer de sentimiento de culpa alguno, resulta una opción por demás atractiva. Pero ese castillo de naipes podría desbaratarse. Como un bufón escurridizo, esta idea se enrosca en la mente de Edward Hyde, obligándolo a soplar, soplar y soplar, hasta llevarlo a la autodestrucción.
Una piel sobre nuestra propia piel, un vestido sobre nuestro propio vestido, que nos cubre, nos adorna, nos disimula y, al mismo tiempo, nos delata.

* María Eugenia es profesora de Lengua y Literatura

7 comentarios:

  1. Ser transparentes… “des- sujetarnos” de la realidad… ¿Qué otra cosa somos más que castillos de naipes condenados a ser soplados por nuestro Hyde o a ser convertidos en piedra por el deber ser social? Caminar por la cornisa sin paralizarnos y sin caernos y sin hacer enojar a mamá y a papá.

    Me encantó tu “Claroscuro”, Eugenia!

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  2. La pócima del Dr Jekyll existe. Es la vida misma, la dicotomía en la naturaleza social del ser humano. La dialéctica del discurso, de la acción, de sus contradicciones y matices. Y es ahí cuando se pierde la transparencia inexistente que queremos mostrarle al otro y se ve la gama de imperfecciones (por llamar de alguna manera a los distintos "yos" que tenemos) de cada uno.

    Muy buen texto.

    Lautaro

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  3. Sí, Dr Jekyll es la cueva en la que se esconde Hyde. Y la pócima, la llave que le abre la puerta para salir. ¿Por qué será que Jekyll tuvo que construir una casa tan perfecta, tan brillante, tan inhumana? ¿Por qué alimentó durante tanto tiempo al monstruo con sus represiones hasta dotarlo de una fuerza sobrenatural?
    Sin duda, María Eugenia, el clásico de Stevenson, sigue resonando vivo en nuestras conciencias para recordarnos que los seres humanos somos dolorosamente contradicción pura: el cielo y el infierno en esta vida.
    Me encantó la síntesis y la profundidad de tu texto.
    Un beso.
    Lili

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  4. Gozar,a través de una pócima, de los placeres de ser JEKYLL y HYDE , de las ventajas de ser ambos, sin padecer de un sentimiento de culpa, podríamos transformarla y decir: gozar de las ventajas de SENTIR ,ambas cosas (sin ser dos cosas), porque creo que en eso se convirtieron en su absoluta perfección y en su extrema monstruosidad. Barajar los naipes de la vida de un modo inteligente, dejar de ser tan bondadoso para no sucumbir al hechizo de nuestras pasiones, sería la jugada que equilibraría , las supuestas ventajas, de ser dos al mismo tiempo. ¡Ojalá podamos, aplacar ,al centinela que llevamos dentro y sentir el amor y el odio, siendo nosotros mismos. Gracias por tus barajas, sin ellas, no lo hubiese podido decir , de esta manera......MARAVILLOSO, me encanto tu estilo, Eugenia y me levanto para aplaudirte. Los comentarios tambien valiosísimos ABRAZO GRACIELA

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  5. María Eugenia: qué bien que escribís! Me encantó la forma poética en que develaste para nosotros, tus lectores, la esencia de la obra de Stevenson. Me saco el sombrero ante el último párrafo! Creo que de manera general define el tema literario que nos reunió en el seminario. Un beso. Gustavo Lezcano

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  6. ¡Gracias, gracias y gracias por iluminar mi claroscuro! Los destellos nos guían, y nos hacen fluir hacia dentro nuestro, a esas cuevitas donde moran nuestras preguntas, nuestras dudas, nuestros “y si…”. El problema quizá sea que las respuestas, a veces, son mucho más fuertes que las preguntas… Y, como en un ritual, uno se sigue preguntando, para aquietar el resplandor de esas respuestas, aún sabiendo que lo que se abrió adentro no se puede cerrar por decreto o por olvido…, porque lo que se abrió adentro late…
    Para evolucionar, tenemos que poder ver…
    Luces y sombras

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